IWG calienta motores para ampliar Valencia y abrir su centro del Bernabéu

Recientemente, se han producido cambios significativos en los modelos de trabajo a nivel global. La conectividad a internet y los dispositivos móviles permiten el trabajo desde cualquier lugar, algo que se aceleró con la pandemia. “La demanda de coworking (o espacios de trabajo flexibles) ya es sistémica. En IWG estamos aumentando nuestro volumen de negocio debido al alto nivel de demanda. Cada vez contamos con más espacios, ubicaciones, productos y servicios”. Así lo afirma Philippe Jimenez, country manager de IWG en España y vicepresidente comercial para Europa del Sur, Benelux y Reino Unido, en declaraciones a EjePrime.

Jimenez añade: “Nos encontramos en una sociedad líquida, enfocada en la inmediatez, algo que también incluye el mundo de las oficinas. Las empresas ya no quieren comprometerse durante largos periodos de tiempo en sus instalaciones, sino que necesitan flexibilidad para tener la capacidad de moverse en un futuro inmediato”.

Según el directivo, este tipo de espacios contribuyen a la competitividad.“Se genera un ahorro de costes, ya que para cien personas, en la actualidad, se usa el espacio de cincuenta”; y también a la sostenibilidad: “trabajar en espacios flexibles también es una forma de proteger el planeta, ya que reduce la huella de carbono generada por los diversos medios de transporte”.

IWG contabiliza un total de más de sesenta espacios en España (cerca de 4.000 en 120 países). Mediante sus diferentes marcas (Spaces, Regus, HQ y Signature) y sus diferentes productos, IWG cuenta con 155.000 metros cuadrados de espacio en España.

A sus nuevos centros en Palma y Vigo, por ejemplo, se les sumarán en los próximos meses una nueva planta en su edificio de Valencia y Spaces Bernabeu (Madrid). Este último contará con 12.500 metros cuadrados de superficie y será el centro de IWG más grande de España, con once salas para reuniones, formación y eventos, business club, spa, gimnasio, seis restaurantes y boxes de servicios comerciales.

El grupo también ha crecido en otras ubicaciones, como Sarriá (Barcelona), Zaragoza, Las Cortes y Campo de las Naciones (Madrid). Y asegura que trabajan en nuevos proyectos en Andalucía y Cataluña, aunque todavía no han sido firmados.

“Nuestra idea es tener presencia en todo el país, ya que el talento está repartido por todo el territorio. Queremos llevar el trabajo a las personas, con el objetivo de mejorar su conciliación y calidad de vida”, apunta Jimenez. Y remata: “Pretendemos dar oportunidades a los colectivos más desfavorecidos en materia de empleo, como las mujeres y los jóvenes, para que puedan prestar sus servicios a empresas internacionales”.

La estrategia de la compañía consiste en llegar a todas las capitales de provincia y a los núcleos de sus alrededores: Rivas-Vaciamadrid y Tres Cantos (Madrid), Cornellà y Sant Cugat (Barcelona), Camas (Sevilla); y también a ciudades que no son necesariamente metrópolis: Logroño, Gijón, Palma (donde más demanda tienen ahora), Vigo y Coruña.

La firma tiene como objetivo llegar a gestionar 450 centros en España dentro de diez años. Jimenez subraya: “El país cuenta con muchas ciudades y muchas posibilidades. Es un reto (al igual que lo tuvieron en su momento Starbucks o McDonald’s, por ejemplo), pero tenemos la ventaja de que nuestro mercado potencial es mayor. Hay más gente que necesita espacio para trabajar que aquellos que toman café o hamburguesas”. Y añade: “Ya hemos ido creciendo; y tenemos tanto un know-how como un plan para alcanzar estas cifras”.

Al preguntarle hasta dónde pretende llegar IWG, Jimenez recuerda que el grupo está también en pueblos y zonas rurales de Estados Unidos y Reino Unido: “Sobre todo a raíz del Covid, y como tendencia global, los profesionales se han ido a trabajar fuera. Por eso, ciudades de costa, como Barcelona, Málaga y Alicante (al igual que Niza y Marsella en Francia), se han vuelto más atractivas todavía para los nómadas digitales del norte de Europa, por lo que los precios de los inmuebles han subido”.

En paralelo, IWG ha elaborado recientemente un estudio en el que destaca a Barcelona como la mejor ciudad del mundo para teletrabajar, seguida por otras urbes españolas, como Málaga. “Es evidente que ambas ciudades cuentan con muy buena calidad de vida, sol, playa, una red de transporte muy eficiente, un acceso a internet de calidad y buena gastronomía, además de una amplia oferta en arte, museos y arquitectura”, señala Jimenez.

Al preguntar al directivo de IWG por las posibilidades de crecimiento (a futuro) de Málaga, dice que la ciudad andaluza “todavía tiene superficie para seguir ganando espacio en su parque tecnológico” y añade que es la primera ciudad que consigue el certificado de Aenor Destino Nómadas Digitales y una de las mejor valoradas para teletrabajar, según un informe de Nebeus. Jimenez también señala otras localizaciones de España que generan mucho interés, como Madrid, Valencia, Alicante y Zaragoza, etc.