Grupo Sorli invierte 7 millones de euros en la compra de un centro deportivo en Barcelona

Grupo Sorli refuerza su plan de expansión. La cadena de supermercados catalana ha anunciado una inversión de siete millones de euros en la apertura de un centro deportivo en Barcelona. En concreto, Sorli ha comprado el edificio de Seat de plaza Cerdà, que cuenta con una superficie de 2.000 metros cuadrados. Este equipamiento supondrá la creación de doce puestos de trabajo.

Está previsto que la apertura del equipamiento se materialice en junio de 2024. Con este centro, ya son seis los espacios Sorli Sport que “integran el concepto de espacio deportivo y supermercado”. Los otros espacios están ubicados en Badalona, Sant Vicenç de Montalt, Vilassar de Dalt y Sitges, todos en la provincia de Barcelona.

En el comunicado de la empresa, aseguran que el nuevo Sorli Sport está “equipado con máquinas de última generación y ofrecerá actividades dirigidas, como cycling, yoga, tonificación y funciones grupales, entre otros”. Además, el centro incluirá entrenamiento personal, fitness, calistenia y servicios de spa, nutrición, estética y fisioterapia. El comunicado añade que, con este centro, “el grupo fomenta el ecosistema de salud y nutrición”.

El los últimos seis años, el grupo ha realizado un proceso de reformas y de renovación de toda la red de supermercados para aplicar el nuevo modelo comercial, con una inversión superior a los setenta millones de euros. En 2023, cuando terminó está fase, inició una etapa de expansión con la apertura de nuevos establecimientos y de un centro logístico en el municipio barcelonés de Granollers, que pasó de 14.000 metros cuadrados a más de 25.000 metros cuadrados.

En noviembre de 2023, se licitó equipamiento deportivo por valor de cien millones de euros, un ligero descenso del 0,2% respecto al mismo mes del año anterior, según los últimos datos disponibles de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan). La mayor caída dentro de las licitaciones deportivas estuvo vinculada a la obra de rehabilitación y mantenimiento, con un descenso hasta noviembre del 24,5% respecto al mismo periodo del curso anterior.

En febrero de este año, el Ayuntamiento de Barcelona trasladó a los gimnasios municipales de la ciudad que debían cerrar una de cada cuatro duchas con el objetivo de ahorrar agua, tras entrar en fase de emergencia 1 por la sequía en Cataluña. Además, se prohibió utilizar las duchas a los deportistas federados tras los entrenamientos, y se monitorizó el consumo de todas las instalaciones para poder “hacer un seguimiento exhaustivo del consumo, efectividad y cumplimiento del ahorro acordado”.