El proyecto para crear un parque empresarial en la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas (Madrid), mantiene inalterado su plan de desarrollo inmobiliario en los terrenos próximos a los aeródromos de Madrid y Barcelona, tras recibir el aval del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, y ha emprendido la búsqueda de inquilinos para ocupar los 600.000 metros cuadrados de oficinas que se desarrollarán.
Este importante desarrollo de espacio de oficinas son un guiño especial para compañías aéreas, tecnológicas y del sector del comercio electrónico. Para todas ellas, el aeropuerto madrileño constituye una ubicación estratégica imposible de replicar. Pero se trata de empresas que dependen mucho del ciclo. Si el plan sufre los retrasos habituales en este tipo de desarrollos tan grandes, será más complicado encontrar inquilinos para tantos metros cuadrados.
Aena, gestor aeroportuario, se ha acercado a distintas empresas que operan en el sector aéreo para que trasladen su sede al nuevo parque empresarial. Concretamente, a Iberia, Globalia e Indra, según fuentes del sector.
Además de la propia Aena y de Enaire, su primer accionista con el 51% del capital-, que ya han firmado un acuerdo de intenciones para trasladarse al nuevo parque empresarial de Barajas en el plazo de cinco años, se han iniciado conversaciones con el Iberia, Globalia e Indra.
El plan inmobiliario de Barajas (Madrid), con una inversión estimada de 3.000 millones de euros, contempla, además de oficinas, el desarrollo de naves logísticas, hangares, un centro comercial y hoteles. Es un desarrollo a 40 años que cuadruplica la superficie de Madrid Nuevo Norte -antigua Operación Chamartín-, con 2,7 millones de metros cuadrados de edificabilidad.
En cuanto a los plazos hay un aspecto clave que puede marcar la diferencia, respecto a la operación Chamartín. En el desarrollo de los suelos de la T4 de Barajas, los trámites urbanísticos, en los que se han venido ahogando hasta ahora todos los esfuerzos en la operación Chamartín, no supondrán un obstáculo. Al menos, la mayor parte de los suelos sobre los que se desarrollará la primera fase del plan diseñado por el Ministerio de Fomento y el gestor aeroportuario AENA cuentan ya con los parabienes administrativos para comenzar a ser transformados.